Las pataletas o berrinches en los adultos son más comunes de lo que usted cree.

El tema de hoy 
Las pataletas no son exclusivas de los niños, aquí como superarlas.
MAYO 31 - 2015 - 08:38 AM / DURACIÓN: 0:08:00

Les comparto una nueva invitación a la radio:

Carolina Guzmán, psicóloga terapeuta, nos habla de las “pataletas”, un comportamiento que no es exclusivo de los niños y que es utilizado por muchos adultos para llamar la atención.

“La pataleta viene siendo una falta de reconocimiento o una llamada de atención al resto del planeta. Esto se hace por temas de inseguridad, por temas que cuando niños a lo mejor nos castigaron severamente”, explicó.

La especialista dijo que este comportamiento se da sobre todo en las relaciones amorosas porque cada vez que la otra persona no le presta la atención necesaria, el “pataletero” incurre en este para llamar la atención.

Además, Guzmán manifestó que esto también se hace para querer controlar al otro, incluso en relaciones de amistad, pero que es una clara muestra de inmadurez.

“Es necesario que la persona se dé cuenta que cada vez que incurre en esta situación está generando una situación de conflicto y que por lo tanto la persona debe tomar conciencia de su comportamiento”, indicó.

Puedes escuchar el audio haciendo también click acá: http://bit.ly/1K2BbuS

Para saber más, lee este artículo. 

¿Sabía que las pataletas no son exclusivas de los niños? aquí le cuento cómo superarlas.

Llamar la atención de manera descontrolada e irracional al estilo de una pataleta, se ha descrito como una fase temprana en el desarrollo emocional del ser humano, es decir, lo niños a la edad de 2 y hasta los 5 años  se encuentran afirmando su posición en el mundo, por lo cual se hace necesario un tipo de comunicación específica. Es común entonces que la manera de comunicarse -ya que el lenguaje y el vocabulario aún escasean- sea la tendencia a solicitar la satisfacción de sus necesidades por medio de berrinches, gritos, manotazos, lanzar cosas, tirarse de los pelos, volcarse en el piso desconsoladamente, etc. y por alguna razón, los padres o cuidadores comprenden que lo que el niño está necesitando es "tal cosa" y asunto resuelto. 

Sin embargo, algunos talentosos chiquitos, reconocen que también está puede ser una manera de recibir todo lo que quieren y comienzan a desarrollar una característica de personalidad un poco manipuladora buscando a través del ejercicio de la pataleta obtener todo lo que quieren a manera de compensar la falta de atención que los padres en algún momento acostumbran a tener con estos hijos o el maltrato psicológico que aveces estos mismos padres les brindan a través de gritos o insultos de minusvalía que los pequeños entienden y con lo cual se les niega la posibilidad sana de construir un sentimiento de seguridad y confianza frente al mundo que le rodea. Algunos niños un poco más grandecitos, encuentran que a veces obtienen lo que quieren de sus padres en la presencia de extraños o lugares abiertos con lo cual se destaca como una estrategia de chantaje, haciendo quedar en un lugar inferior a los padres de manera que el hijo se sienta ganador de una batalla.  Este tipo de relación un tanto disfuncional, crea un patrón de comportamiento mezquino en el cual esta persona adulta por satisfacer todas las necesidades que demanda hace lo que sea por obtener lo que quiere, sin establecer límites claros entre lo que racional y lo irracional.  

La presencia de una pataleta se va manifestando de manera gradual, por tanto, estar atentos a las señales tempranas para corregir este tendencia manipulativa puede mejorar la calidad de vida tanto del pequeño como de la familia. También hay que estar atentos al significado de la misma, en ocasiones se confunde un malestar real que el niño esta sintiendo, como por ejemplo la salida de los dientes, con una pataleta de rechazo a  la comida porque está antojado de helado. 

¿Pero que pasa cuando es un adulto que ha adoptado este comportamiento?

Los adultos utilizan la pataleta con el objetivo de controlar todo cuanto está a su alrededor. Una de las premisas del adulto pataletoso o pataletudo es "aquí se hace todo lo que yo te diga, y tú debes hacer todo lo que yo necesite que hagas" Estas personas, crecieron con una ausencia de límites frente a la claridad de una comunicación racional vs irracional, se acostumbraron a hacer que el mundo gire alrededor de ellos de tal manera que puedan conseguir todo cuanto se les antoja. Estas personas se caracterizan por una personalidad insegura, falta de asertividad en la toma de decisiones, ausencia de autoreconocimiento ya que siempre están a la expectativa que sea "el otro" quien me celebre los logros y miedo a estar y disfrutar momentos en soledad. 

Al crecer este tipo de adulto, se encuentra con un ambiente frustrante ya que la vida real no es el mundo mágico de Disney en el que frotas una lampara de aladino o tienes una varita mágica y todo se hace realidad. La vida real consiste en esfuerzo, dedicación , perseverancia, empatía y conducta prosocial. Es así entonces que la pataleta expresa un sentimiento de sufrimiento que este adulto esta experimentando  por el hecho de no lograr la satisfacción total de sus necesidades -las que tiene a bien en ese momento-  aún cuando reconozca que está tomando un camino equivocado, prefiere seguir insistiendo en su objetivo en lugar de modificarlo. 

Es por tanto predecible que el descontrol que la situación le otorga los desestabilice y queden atrapados en emociones caóticas de las cuales les es casi que imposible salir por sí mismos. 

¿Cómo ayudar a una persona pataletuda dejar la pataleta?

Lo que debe hacer la persona externa es permanecer en la situación a la espera de que los decibeles bajen o la sobrereacción llegué a un grado de estabilidad, evitar dejar a la persona pataletuda sola ya que esto incrementa la frustración y el sufrimiento experimentados, tratar de establecer un diálogo cariñosos y comprensivo una vez la persona esta en calma para encontrar la claridad de sus demandas y evidenciar si es o no real y si es o no posible de satisfacer. 

Por supuesto, la persona pataletosa o pataletuda debe buscar asistencia psicológica para lograr construir y mejorar su asertividad en la toma de decisiones y en la comunicación de sus deseos, establecer un programa de autoreconocimiento en el cual la persona pueda experimentar la seguridad frente a las decisiones que se le presentan día a día, enseñarle pautas de tolerancia a la frustración a partir del entendimiento de que la mente es un ente caprichoso que construye cosas más rápido que la materialidad, que aprenda a diferenciar las cosas que puedo controlar de las que no, y mostrar que el camino de la felicidad es una construcción constante y no un pieza de museo para admirar. 

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