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Al Aire en Bogotá 96.9 FM || Sábados de 6 a 10 a.m., domingos y festivos de 7 a 10 a.m. ||con María  Clara Gracia y 'Tito' López

El tema de hoy
La paciencia es la clave del éxito: Carolina Guzmán, psicóloga terapeuta
Enero 26 - 09:05 am / Duración: 0:12:13

"La angustia de vivir"

Les comparto una nueva invitación a la radio: 

...Esta experta da algunas recomendaciones para ser más feliz a diario sin preocuparse por lo que aún no tiene pero anhela con ansias. “La angustia de vivir genera una crisis profunda, altas tasas de autoestima”, asegura Guzmán, al manifestar que hoy día las personas se frustran por no tener lo que tanto anhelan. 

Invito a aquellos y aquellas que quieran seguir escuchándonos en el 2013, sábados en la mañanita :D

Puedes escuchar el audio haciendo también click acá: http://tinyurl.com/b67wc6y

Mi opinión:
Carolina Guzmán Sánchez

Los movimientos históricos marcan tendencias, comportamientos, y definen un diferente modo de vida ya que su principal impacto es generar cambios sustanciales y profundos en el ambiente mismo en el cual la raza humana continua hacia delante.  Una de las características principales del ser humano es la curiosidad que si bien, se ha constatado que se comparte con los animales inferiores, nosotros somos como especie, la única que puede contar su historia a partir de la curiosidad de alguien que en su necesidad de llevar más allá la percepción de sus sentidos, se da a la tarea de transformar la materia y su entorno. Sin embargo, la curiosidad lleva de la mano atada a la angustia.  

La angustia se ha definido como “el estado penoso, doloroso y lamentable  por excelencia” y que se presenta frente a un objeto o un algo desconocido en el cual la persona no puede tener el control sobre esto desconocido. Por lo general no necesita de mayor descripción ya que su experimentación nos sucede a todos en cualquier momento de nuestras vidas y además, sucede muchas veces “sin querer queriendo”

La angustia es uno de los enigmas más grandes de la psicología y el poder resolverlo o llegar a una solución en que la persona pueda recrear de nuevo la tranquilidad que tanto exige o cree necesitar sería equivalente a descubrir vida en otros planetas.

Al parecer la angustia tiene alguna función útil en el ser humano con la cual se han llenado bibliotecas enteras, un ejemplo de esto es preguntarnos “de dónde venimos” no saber de dónde venimos nos ha causado tanta angustia que llevamos siglos enteros tratando de encontrar una respuesta que calme este estado afectivo o sentimiento.  Sin embargo cuando la angustia se angosta, como en el caso de experimentar la “Angustia de vivir” que se presenta en esta nueva era humana como una epidemia y no como casos “esporádicos” tal como sucedía en el siglo pasado, ya resulta ser un tema desafiante.  Vivir más tiempo  o el extender la vida a partir de los avances tecnológicos, ha generado mayor  miedo e incertidumbre de lo que al principio se hubiese pensado.  

Ya nos estamos refiriendo a un estado que nos llevara a todo lo contrario de llenar bibliotecas con investigaciones, nos lleva a preguntarnos acerca del sentido de la vida, de la importancia del estar vivos y ya lo decía la escritora danesa Janne Teller, en su novela “Nada”  que relata la historia de un joven[1] que un día se da cuenta de que nada realmente importa en la vida; y, por lo tanto, no merece la pena hacer nada. Entonces se sube a un árbol de ciruelo, y desde allí comienza a lanzar mensajes desafiantes a sus compañeros de clase acerca de las razones por las cuales él cree que Nada realmente importa o vale la pena. Estos mensajes movilizan a sus compañeros, tanto que estos deciden reunir objetos esenciales con el fin de demostrarle que hay cosas que dan sentido a la existencia, a la vida misma. Los chicos en su necesidad de querer hacerle entender al joven que la existencia importa, los lleva a arriesgar parte de sí mismos y de paso a descubrir que solo al perder algo se aprecia su valor. Pero llevar la vida a la perdida para valorar su sentido, en muchas ocasiones explicará su sentido.  Cualquiera que no esté pasando por ese momento de la existencia dirá que es una estupidez o una gran locura buscar perder la vida para reconocer su valor. No obstante, es lo que la raza humana ha hecho imparablemente desde sus inicios.

La angustia de vivir tiene dos caminos: 1. Descubrir el sentido único de la propia vida que se vive y 2. Encontrarse frente a frente con la posibilidad de ser más de lo que como ser social se escribió antes de nacer.

Ahora bien, el éxito o el fracaso son calificaciones inventadas por la sociedad para lograr una clasificación que obedezca a ciertos límites o parámetros establecidos por la comunidad en la cual se pertenece, es lo mismo que decir alto o bajo; gordo o flaco; sol o lluvia; día o noche; y depende de cada cual continuar inscrito en una comunidad o transitar hacia otra en la cual se sienta complacido. Esto es el camino 1 de la angustia al que me refería anteriormente.

Hay que comenzar a desmitificar el significado de los miedos como algo negativo, es una idea arcaica y de sometimiento, seguir creyendo que el miedo es algo malo y ruin. Hay que comenzar a positivar las emociones y los estados bloqueadores, buscarles una función de crecimiento y avance en lugar de una función de bloqueo y congelamiento y permanencia.

Para terminar, quiero invitarles a leer en la internet un poema maravilloso de Virginia Satir “YO SOY YO”  que dice algo así:

En todo el mundo no hay nadie como yo.

Hay personas que tienen algo en común conmigo, pero nadie es exactamente como yo.

Por lo tanto, todo lo que surge de mí es verdaderamente mío porque yo sola lo escogí. Soy dueña de todo lo que me concierne: De mi cuerpo, incluyendo todo lo que hace; mi mente, incluyendo todos sus pensamientos e ideas; mis ojos, incluyendo las imágenes de todo lo que contemplan; mis sentimientos, sean lo que sean, ira, gozo, frustración, amor, desilusión, excitación; mi boca, y todas las palabras que de ella salen, corteses, tiernas o rudas, correctas o incorrectas; mi voz, fuerte o suave, y todas mis acciones, ya sean para otros o para mí misma. Soy dueña de mis fantasías, mis sueños, mis esperanzas, mis temores. Soy dueña de todos mis triunfos y logros, de todos mis fracasos y errores. (y continua…)

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[1] Pierre Anthon

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